En la primavera de 1995, asistí a una exposición sobre «Al-Ándalus y el Mediterráneo» organizada por La Casa de la Cultura de mi localidad, Algeciras.
Cuando vi el plato (fotografía que se muestra arriba), se me ocurrió hacer una copia tridimensional para un concurso que organizaba la Fundación Telefónica sobre la misma temática. ¿Cómo llegué a esa conclusión?. Ciertamente no lo sé. Nunca antes había usado un programa 3D, pero con un Max, mediante ensayo, prueba y error, logré hacer un cuerpo de revolución que tenía una forma similar al plato en cuestión.
Conseguir hacer la textura resultó ser un proceso más complejo. A mis 16 años, pese a múltiples intentos, no logré que me autorizan realizar una fotografía al expositor donde se encontraba el plato. Debía bajar diariamente a la Casa de la Cultura, con papel y lápiz en mano, a contemplar los detalles de la loza y dibujar en el folio el fragmento que me tocara para luego rehacer vectorialmente en corel cuando llegaba a casa. Convertía en imagen y proyectaba en plano ( por aquella época no sabía lo que eran las UV) reiterando el proceso una y otra vez, hasta que el renderizado se fue asemejando a la pieza original.
Cuando consideré que el plato se parecía lo suficiente, coloqué una cámara 3D, y hice una animación girando 359º para que pareciera que la cámara se movía a su alrededor. No se cuantos días esperé a que terminase el render del vídeo que mandaría a concurso, pero llegue con el tiempo justo para presentarlo.
Para mi alegría, me comunicaron que había sido una de las ganadoras, me sonrojó pensar que habían tenido que crear una categoría especial por lo diferente de la propuesta, pero sin duda reforzó mi deseo de dedicarme al 3D.